Mujeres
de ébano y de gloria
Mujeres de ébano y de
gloria, de incansable tambor y fuertes vientos. Del mar vinieron sus sueños,
sus dioses y sus diosas. En el canto, la danza y el trabajo, tejen su presente
y su futuro. Las hijas y los hijos siguen su camino, mujeres de la lucha y del
amor. Pero no sólo están en las organizaciones y en la exigencia para la
reparación, están en la poesía, son poesía. Escribir para ellas es urgente. Ya
mucho tiempo han callado. Doble voz la de ahora, la del reclamo por los
derechos y la del arte a través de la poesía. Están ahora en "Alma ancestral", Antología de poesía de mujeres afroecuatorianas.
Su expresión es muy diferente a la de las indígenas o las mestizas. Y
entre las de las distintas regiones también hay diferencias que enriquecen su
forma de decir, de escribir. Herederas de la décima y de la copla, del arrullo
y el alabado, su verso es de largo aliento y riman al poetizar. Las que tienen
trayectoria como poetas, no sólo que escriben sino que exponen su palabra con
vehemencia, con una fuerza en la que dejan su sangre, su reclamo para dejar de
ser invisibles. Entonces, el verso escrito es menor al verso recitado. La música
del poema está en la voz, en el cuerpo, en el movimiento de la oralidad.
Temas de identidad, temas de
equidad, de lucha por la tierra y el agua son los que comprometen a la poesía
de estas mujeres. Y les hablan a los dioses de sus antepasados, a la diáspora
africana y al mar, al color de la piel y al baile. Y es fuerte la fe en el Dios
católico y el canto a sus favores.
Reunidas las jóvenes y las
adultas, el aprendizaje es mutuo, el alimento. No hay hambre ni sueño para
escribir. Intensidad. Avidez de conocer, de crecer como escritoras. Curiosas,
las adolescentes exploran sus propias posibilidades. Satisfechas, las grandes
comparten tranquilas pues saben que están transmitiendo su sabiduría y su
fuerza a las más jóvenes para continuar.
Generosas, todas se
entregan al aprendizaje, para vigorizarse y caminar unidas, con la esperanza
fortalecida, con la sonrisa más grande.
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