miércoles, 7 de diciembre de 2011

Cobra


Estoy armada hasta los dientes
nadie derribará mi muralla 
ni el soliloquio que he montado en el pent-house 
ni la ciudad que brilla 
ni los barcos que fondean.

Subrepticia, una serpiente se arrastra hasta mis pies
clava en mis ojos su mirada verde
sus labios de Mona Lisa
me quita el piso y derrumba mi castillo. 
La caída despierta a la ninfa que dormía
la acuno inútilmente
me refugio en el metro, oscuro cíclope sin aire
en casa de mi madre
en brazos de mi padre
la cobra no me clavará sus dientes.

Viaje inútil, cerro de niebla
los niños conducen aviones de juguete
me escondo entre sus escafandras
la serpiente me encuentra
toma mi mano y lee mi destino: 
me perderé en su nido y adoraré su cola cubierta de pelos.

¿Conoce acaso mi debilidad? 
¿Vio en las líneas de mi mano cruces y desvíos? 
Su lengua bifurcada me envuelve
dice todo lo que quiero oír
ofrece un mundo de maravilla.

Quedo abismada 
ante tan magistral arquitectura
todo está bien menos mi pecho
donde la serpiente ha abierto un túnel 
para comerme el corazón.

(Del libro "Confesiones apocalípticas")

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