viernes, 21 de agosto de 2020

Ciudad fantasma

 

Un día en la ciudad fantasma

 

Vomito las entrañas en un soplo de humo

ofuscada respiración

lluvia en mis zapatos

quiero ofrecerle mi sombra a satanás

y conjurar la caricia del espectro

las esquinas de mis ojos

mi voz de cantante vieja

 

Los edificios de niebla

derrumban mi apetito y mi lujuria

me vuelven espejismo

asfalto

una monja me besa, traidora,

y anuncia mi muerte en el penthouse

 

Quedan muchas páginas en blanco

la huida de una chica con sombrero negro

veredas que apestan

entre basuco y vals llorón

¿qué hago en esta ciudad imaginaria?

 

Estoy fuera, estoy desnuda

los muertos duermen a dos metros bajo tierra

de lejos me llega la inclemencia

la cicatriz del monumento enmohecido

el vacío de la historia

 

El trébol de cuatro hojas no existe

abandono el cómodo sillón y corro

huyo de mi sombra

de mi viejo discurso

nadie me salvará de la ciudad

 

¿Dónde está el paraíso?

busco navajas, serpientes, vino

abrazos que detengan mis temblores 

avenidas que griten de placer

para que la ciudad despierte